Cumpleaños Fuera de Casa

Viernes 4 de Agosto, un día sin importancia para todos y, sobre todo, yo no lo sentía especial. Durante los días pasados no comenté de mi cumpleaños con las personas, nadie sabía pues sentía que no era necesario que se enteraran. Un día antes había hablado de con la Cónsul de pedirle permiso para salir al medio día. Una vez llegado el viernes, con mi maleta (una mochila de mano), mi atuendo casual ya que aquí se acostumbra ir al trabajo el viernes vestido de una forma no formal y con un plan atendí a mis obligaciones.

El reloj marcaba las once y media cuando me dispuse a dejar todo listo para el lunes, cuando repentinamente, y sin premura alguna, el administrador del trabajo me comentó que tenía que trabajar el sábado. Todo se había frustrado, mi mente no podía soportar ver a los del trabajo otro día más, por lo que concluí hablar y decidí no ir, claro con previo permiso de la Cónsul. Salí en punto sin remordimiento alguno. Comprendí que si ya me hacen la vida imposible en el trabajo, por envidia o que sé yo, el hecho de asistir un día más y con pago de horas extras no cambiaría nada la situación en la que me encuentro.

Por fin me encontraba rumbo al destino planeado. Pedí lo que se le llama aquí un “ride” a la central donde pasa el tren. El reloj marcaba las doce cuarenta y cinco cuando mi tren arribó, confirme todo y listo, me encontraba rumbo a mi destino. Pasaron unas cuantas horas para llegar allá, viajar en tren resulta ser, como siempre, una aventura pues a mi lado se sentó una mujer de 31 años (su edad me la comento después), lo más raro fue el momento que ella se sentó ahí pues subió e posterior a mi. Su nombre era Melanea, cuando se subió yo ya estaba sentado en un asiento pegado a la ventana y no había muchos asientos disponibles por lo que ella se acercó al asiento próximo a mí y dijo:

- No windows

Me hice el occiso en ese momento pues era un viaje largo y por ser amable no pensaba perder ese lugar. Paso unos minuto cuando ella y, creo yo, de forma deliberada me ofreció una Coca de lata pues tenía varías (digo de forma deliberada pues pienso que sabia ella que me estaba dando una cachetada con guante blanco a mi no caballerosidad), la acepté sin remordimiento y entonces comenzó la plática.

A partir de ahí el viaje resulto menos tedioso, me comentó que en esos momento estaba desempleada y que iba en busca de una amiga para ver si su amiga le podría ayudar de alguna forma pues Melanea es maestra de francés. Durante la platica salio el tema de las universidades y le comenté que ya había visitado unas en Los Ángeles. Posteriormente, me contó que ella había estudiado en UCLA y que aún así no tenía trabajo.

Después de varias horas el tren llego a nuestro destino, San Francisco. Una vez llegando me despedí de ella e intercambiamos teléfonos. Compré un mapa de la ciudad para poderme ubicar y empezar a buscar un lugar donde quedarme. Luego de un tiempo de llamar a lugares para ver si tenía disposición y cocer sus precios estaba frustrado, todo era extremadamente caro y lo que estaba en mis posibilidades se encontraba sin disposición. No sé si era mi expresión en la cara pero de pronto una persona se me acerco, resulto ser un compatriota que escucho mis conversaciones en el teléfono al tratar de buscar un lugar para dormir. Pues resultó ser un estudiante de la Estatal de San Francisco, él me dio algunos consejos y me encamino a tomar un bus que me llevó cerca de dicha universidad donde rentaban cuartos baratos. Pues vaya sorpresa encontré algo a mi medida y agradable.

Una vez instalado en mi cuarto decidí salir a cenar. Al buscar un lugar para cenar, encontré algo dentro de mis posibilidades. Era un lugar que estaba lleno de estudiantes, todos se encontraban bebiendo y viendo el baseball en las pantallas, pedí un sándwich y unas papas la francesa…perdón, Freedom Fries. Posteriormente y sabiendo de antemano que me estaba hospedando a unos pasos, pedí una cerveza la cual se convirtió en un par de ellas, de forma natural y sin darme cuenta ya me encontraba discutiendo con una persona que se encontraba a mi lado. Resulta ser que esta persona está estudiando en la ingeniería en la universidad. La cuestión es que al término del partido ya me había presentado a su novia y a unos amigos los cuales llegaron posteriormente. La noche se hizo larga y resulto que todos eran muy agradables. Salió

Al día siguiente todos mis planes habían cambiado, estaba crudo y me había levantado después del medio día. Luego de levantarme y una ducha, pretendí ir a algún lado turístico a visitar pero la verdad es que mis condiciones no eran las óptimas para hacerlo por lo que decidí caminar y conocer lo básico: el centro.

Es una ciudad muy cara pero en definitiva es de lo mejor que he visto estos días. Una vez que la noche se presento de nuevo, decidí ahora con más ánimo, comer algo. Encontré una plaza donde tenía un restaurante al aire libre y que frente a él, en una pared muy grande, proyecta películas clásicas (una especie de cine al aire). La cena estuvo muy buena y la película también, poco faltó para que llorará con el fina pero me aguante aún y cuando ganas no me faltaron. Una vez satisfecho camine otro rato y emprendí mi camino a mi cuarto pues mi tren salía al día siguiente temprano. Con respecto al regreso no hay mucho que contar pues me fui dormido todo el tiempo.

=G